¿Diferencia de trato o exclusión?
- Lorena Montaño
- 22 abr
- 3 Min. de lectura
Por: Lorena Montaño de la Hoz

La Liga Femenina Betplay Dimayor 2025 se ha venido consolidando como un “espacio esencial” para el desarrollo del fútbol femenino en Colombia. Sin embargo, a pesar de los avances significativos, persisten desafíos que afectan su crecimiento y visibilidad.
He decidido enumerar algunas de las problemáticas y diferencias que siguen afectando la evolución del torneo femenino profesional, a pesar de aquellos que siguen tratando el campeonato como algo aficionado.
1- La mejor jugadora del partido, ¿por qué solo en instancias finales?
Antes la División Mayor del Fútbol Colombiano otorgaba una placa a MEJOR JUGADORA DEL PARTIDO, a aquella deportista que se destacó durante los 90 minutos del compromiso. Ahora ese momento solo se produce en las instancias finales del campeonato. Esta medida no solo reduce el reconocimiento del talento a lo largo de la temporada, sino que también genera preguntas sobre el compromiso con la valorización de las deportistas en cada encuentro. ¿No merecen las jugadoras el reconocimiento constante por su esfuerzo y desempeño?, algo que si vemos a diario con la liga masculina, y al final de cada fecha se realiza el once ideal, ¿por qué no se da en el femenino también? ¿No se supone que al final es el mismo deporte?

2- Problemas en las transmisiones: narración pero ¿a qué costo?
Aunque las narraciones de los partidos representan un avance hacia una mayor profesionalización y sobre todo hay que destacar que ya todos los partidos tienen sus respectivos comentaristas, la calidad técnica de las transmisiones sigue dejando mucho que desear. Una sola cámara, resolución deficiente y caídas constantes de la señal son problemas recurrentes que no solo afectan la experiencia de los espectadores, sino también la percepción del torneo como un producto competitivo en el mercado. ¿Es este el reflejo que queremos del fútbol femenino colombiano? Solo dos partidos por fecha van por televisión (Win Sports y Señal Colombia) y son los únicos que podemos ver que tienen más de dos cámaras en el lugar, poder revisar las repeticiones de gol, jugadas, etc, mientras que en el resto de partidos, a uno como espectador o periodista, le toca regresar y observar bien el número de la jugadora, quién realizó la asistencia del gol, o las tarjetas que la juez saca en medio del partido. Y también cabe que resaltar que a pesar que han “mejorado” aún a muchos periodistas les falta conocer a la jugadora, investigar un poco más, hay veces que dan hasta los nombres errados.

3- La galería fotográfica: una espera interminable
Muchas veces nosotros los medios de comunicación no contamos con los recursos para tener fotógrafos en cada ciudad, las demoras en subir las fotografías a la galería oficial de la Dimayor representan un obstáculo importante. La agilidad y puntualidad son esenciales para mantener la información fresca y captar el interés del público. ¿Por qué estos procesos no tienen una mayor prioridad?
4- El silencio digital de algunos equipos
La falta de puntualidad en la publicación de convocatorias y nóminas iniciales, sumado a la escasa presencia de contenido sobre las ramas femeninas en redes sociales, plantea un desafío crucial. En una era donde la digitalización es clave para conectar con las audiencias, algunos equipos aún no parecen entender la importancia de invertir en la visibilidad de sus jugadoras. ¿Cómo se espera que el público se enamore de un equipo cuya presencia en línea es casi inexistente? También cabe en este ítem que uno como medio quiere acercarse a la jugadora para entrevistas y son muchos protocolos que se deben pasar, en muchas ocasiones hasta las niegan o nos imponen ciertos aspectos que llegan a convertirse en obstáculos.
La Liga Femenina Betplay Dimayor 2025 tiene el potencial de ser un referente en el fútbol femenino latinoamericano, pero para ello, es necesario que todos los actores involucrados—organización, equipos y medios—trabajen juntos para superar estos y otros desafíos que quizá no haya podido enumerar. La calidad y profesionalización no solo se demuestran en el terreno de juego, sino también en cada detalle que rodea el campeonato. Es hora de dar el real salto hacia un fútbol femenino que inspire, conecte y crezca sin limitaciones.
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